Rafael Solís, el más elocuente vocero político del FSLN, es claro y directo: la oposición quedó desarmada y juega en desventaja. Por lo tanto, asegura, tarde o temprano tendrá que negociar con el Frente Sandinista.
Solís, que se mantiene como magistrado de la Corte Suprema arropado por el decreto que en enero emitió el presidente Daniel Ortega, afirma que el FSLN ahora no tiene apuros en lograr un acuerdo para elegir a 25 funcionarios públicos, por lo que mantiene una doble estrategia: convencer a la oposición para negociar o conseguir los 56 votos necesarios para elegir a los funcionarios. Esto último les permitiría incluso reformar la Constitución y legitimar la reelección de Ortega.
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