En la boleta electoral del próximo 7 de noviembre, el gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) estará en compañía de cinco partidos políticos, pero ninguno tiene intención de competir, ni capacidad para disputar el poder a Daniel Ortega y Rosario Murillo. Su único papel —coinciden opositores y analistas— es contribuir con el FSLN a aparentar la “normalidad” de un proceso electoral multipartidista, pese a la falta de garantías y de competencia política, jugando el rol de “zancudos”, como se les conoce en la cultura política nicaragüense. Más ediciones sobre el tema en el archivo digital de confidencial.com.ni.
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